Un dibujo muy especial

 

Sobre la mesa de mi despacho justo encima de la fotocopiadora tengo el dibujo que me ha hecho Vega, la hija pequeña de Rafa y Patricia.

En él aparece una casa grande de color amarillo de ventanas redondas con la chimenea todavía humeante, un árbol frondoso, una flor y yo con una  amplia sonrisa, vestido con pantalón rojo acampanado y camisa azul. Y sobre mi dibujo aparece mi nombre: Patricio. Muy bien escrito.

Le dije a Vega que lo iba a enmarcar. El dibujo lo merece. Transmite alegría, serenidad y mucho cariño. Los nanos tienen una sensibilidad muy especial para captar emociones y transmitirlas.

Este es el segundo dibujo que me ha hecho Vega. El primero no lo tengo en papel porque lo recortó, pero sí me dio tiempo a subirlo a las redes sociales, con mucho éxito por cierto porque tiene un montón de me gustas. No es para menos.

Conservo también otro que me hizo Andrea, la hija de Genma.

De nano yo era muy mal dibujante. Mis padres me llevaron a Barreira, que era uno de los mejores centros de dibujo que había en Valencia, pero ni por esas. Recuerdo que fui un par de veces y lo dejé enseguida.