Prohibir la prostitución
Hace tiempo que el PSOE quiere prohibir la prostitución. Ya el expresidente Zapatero lo llevaba en su programa electoral, pero como es una medida difícil de aplicar, no lo hizo. En el 40º Congreso del PSOE que ha concluido este domingo en Valencia con el entronamiento de Pedro Sánchez como secretario general y un mensaje de unidad, con el aval de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, se ha acordado prohibir la prostitución para acabar con las mafias y con la explotación de las mujeres.
Se calcula que la prostitución en España genera alrededor de 18.000 millones de euros anuales. Aunque es difícil hablar de cifras se estima que más de 100.000 mujeres la ejercen a diario. Uno de cada cinco ciudadanos demanda este tipo de servicios.
Pero cuando se habla de prostitución yo distinguiría dos tipos de prostitución, las que vienen engañadas con falsas ofertas de trabajo y son prostituidas contra su voluntad; de aquellas otras que la ejercen libremente, que son la inmensa mayoría.
En el primer caso es obvio que hay que luchar contra las mafias que explotan a estas mujeres y, por supuesto contra la prostitución infantil. El delito de explotación sexual ya está tipificado en el Código Penal y, por tanto, es ilegal.
Lo que uno no termina de entender muy bien es por qué hay que negar el derecho al trabajo de una mujer o de un hombre a ejercer la prostitución de manera libre y voluntaria.
Lo que sí ha reclamado este colectivo y siempre se les ha denegado es que se legalice su trabajo y las trabajadoras sexuales, como ahora se les llama, tengan los mismos derechos que cualquier otro trabajador.
Hay locales y pisos particulares donde estas mujeres y hombres trabajan con absoluta seguridad y luego están las que ejercen la profesión en la calle, donde el riesgo de ser agredidas se multiplica. Punto y aparte es la prostitución de lujo.
De prohibirse la prostitución con carácter general, no se acaba ni mucho menos con el problema, se agrava en todo caso. Es mucho mejor que sea legal y esté bien regulada, como ocurre en otras ciudades europeas, que ilegal.
La prostitución en España está en una situación de alegalidad, es decir, no es ilegal, pero tampoco legal, al no estar regulada por ninguna ley en concreto, deja sin protección a muchas mujeres y hombres que la ejercen de manera voluntaria.
Es importante hacer esta distinción entre quienes la ejercen de manera voluntaria y, de quienes efectivamente son obligadas por mafias a ejercerla contra su voluntad.
Es una ley utópica. ¿De verdad alguien se cree que porque se prohíba la prostitución, los hombres y las mujeres que actualmente la ejercen y viven de ella van a dejar de hacerlo? ¿Y qué pasa también con los hombres y mujeres, cada vez más que reclaman este tipo de servicios? ¿Van a dejar de ir de putas porque una ley se lo impida?
Si cierran los garitos y prohíben la prostitución, estas mujeres van a seguir ejerciéndola en otros sitios, seguramente más inseguros y peligrosos como es la calle.
Esta supuesta ley que quiere sacar adelante el PSOE con sus socios de Gobierno de Unidas Podemos habla de prohibir la prostitución, pero en ningún caso de qué hacer con las más de 100.000 mujeres que actualmente la ejercen libremente.
Como muchas veces ocurre se quiere acabar con un problema sin saber sus consecuencias.
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