J. Baldoví

El diputado de Compromís, Joan Baldoví, candidato de la formación nacionalista a la presidencia de la Generalitat Valenciana, tras la imputación de la jefa de filas Mónica Oltra por un presunto encubrimiento de los abusos sexuales de su ex marido a una menor tutelada, continúa con su circo parlamentario al que nos tiene habituado. Con la camisa arremangada como si estuviera en la barra de un bar sirviendo cervezas, el de Sueca volvió a protagonizar un penoso espectáculo en el Congreso de los Diputados, refiriéndose a María y a José como unos okupas en Belén, que por cierto, no está en Egipto. El trabajo parlamentario de este señor desde que es diputado ha sido cero. La Comunidad Valenciana sigue infrafinanciada, a pesar de que con los votos de Compromís se aprueban los PGE, junto con los de ERC y EH Bildu. Ni una propuesta sobre el Corredor Mediterráneo que es vital para el desarrollo de las empresas exportadoras valencianas. Los agricultores y el campo valenciano siguen siendo los grandes olvidados de las políticas de Estado, donde el señor Baldoví ni está ni se le espera. Muchos de nosotros que ya peinamos canas recordamos a insignes políticos de la Transición, tanto de la derecha como de la izquierda, como Manuel Fraga o Santiago Carrillo, rebatiendo en el Parlamento español las ideas del adversario político con sólidos argumentos. Los debates eran intensos, acalorados, pero siempre desde el respeto. Con una oratoria envidiable. Nada que ver con la bazofia intelectual que hay ahora mismo en el Congreso de los Diputados.