Siempre en mi corazón

Hoy hace 18 años que te fuiste. Era un 26 de diciembre de 2005 cuando tu frágil corazón se apagó. Cuando me llamaron del hospital para darme la noticia, aunque todos sabíamos que estaba muy grave y que no había ninguna esperanza, recuerdo, además, que me encontraba a punto de bajar a Ontinyent para ir al hospital a verla con mi hermana Patricia, como hacíamos cada día, no por esperada provocó en mí un absoluto desconsuelo. Acaba de perder a la persona más importante en mi vida, la que más he querido y la que más me ha ayudado. Has sido un referente en mi vida personal. Aunque no estés físicamente a mi lado, te tengo muy presente. Echo en falta tus consejos y poderte contar las cosas que me pasan. Siempre has estado ahí, mamá. En los momentos más difíciles y cuando más te he necesitado. Te echo mucho de menos. Siempre tenías una sonrisa y una palabra amable. Jamás te oí hablar mal de nadie.
Papá y tú nos inculcasteis unos valores que nos han hecho mejores como personas. Con el paso del tiempo me he dado cuenta de la razón que tenías en muchas cosas que yo creía saber y de las que realmente no sabía nada. Al lado de mi cama tengo el retrato que te hizo el padre José Luis. Cada noche lo miro antes de irme a dormir. Me transmite mucha serenidad. Te fuiste demasiado pronto. Siempre me lo dijiste, pero yo no te creía. Pensaba que nunca te morirías porque las personas buenas no deben morir nunca. Me contaron una anécdota que desconocía de ti y que quiero traer a colación ahora que estoy escribiendo estas líneas. Me lo contó una tal Lola que te conoció cuando debía ser muy pequeña. Su familia trabajaba para la abuela en una casa donde está ahora el hotel Pou Clar. Papá y tú bajabais a la Entrada de Moros y Cristianos. Por aquellos años en todas las comparsas salían barcas, tirando multitud de juguetes. Esta chica me recordaba, como tú guardabas los juguetes para dárselos después a ella. Me parece un gesto precioso que te honra como persona. Estamos en Navidad y son malas fechas para los que hemos perdido a personas muy queridas, pero en mi mesa no hay ninguna silla vacía.

Comentarios

Entradas populares