A Pepe Martínez
Este mediodía he coincidido con Pepe Martínez y su hijo Rafa en el restaurante Las Eras de La Font de La Figuera y la verdad es que no he podido contener las lágrimas al verlo. Me he emocionado.
Pepe es de Ontinyent, pero tiene varias fincas en Fontanars dels Alforins (El Corral d’Osca, La Caseta San José, Els Micons y Guerola) y tenía una gran amistad con mi padre, amistad que ha mantenido conmigo a lo largo de todos estos años.
Pepe Martínez, maquineta para los amigos, hace mucho tiempo que decidió invertir en Fontanars, comprando fincas de campo y apostando por este terruño de viñedos, olivares y almendros, cuando Fontanars no era lo conocido que lo es hoy.
Pepe siempre ha sido una persona discreta, a la vez que valiente y emprendedora. Nunca ha hecho ostentación de nada. Comenzó sus negocios en Ontinyent, siendo muy joven, vendiendo máquinas de escribir. Pronto se convirtió en el proveedor de material de oficina de las principales empresas del sector textil como Paduana. Hoy sus hijos, Rafa y José Antonio, continúan con el negocio familiar.
Pepe padece desde hace varios años Alzheimer y la memoria ya le escasea, pero la enfermedad no le ha impedido perder su sentido del humor y su simpatía. Recuerdo cuando venía a la finca, pasar horas con él hablando de agricultura. Era un apasionado de la viña y del campo. De hecho, en alguna de sus fincas conserva viñas viejas en vaso de variedades autóctonas como la monastrell o la macabeo.
Pepe Martínez es el vivo ejemplo de una generación que se hizo a sí misma, empezando desde la nada, consiguiendo con esfuerzo, tesón y trabajo llevar a lo más alto sus empresas. Pienso en otros empresarios de Ontinyent como: Enrique Terol, Manuel Revert o Manolo Reina que forjaron grandes empresas. Todos forman parte de una generación de empresarios, irrepetible que han dejado a generaciones futuras el listón muy alto.
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