Sí a la caza en los Parques Nacionales
Desde este sábado 5 de diciembre está prohibida la caza tanto deportiva como comercial en los parques nacionales. Ha acabado la moratoria de seis años que estableció que la actividad cinegética no es compatible con estos espacios de máxima protección, pero no se ha negociado con los propietarios de fincas ninguna solución alternativa.
La caza en estos parajes protegidos siempre ha estado regulada y es una caza selectiva. Las reses se abaten de acuerdo a un censo de su población. Se abaten ejemplares enfermos o defectuosos. No entra por tanto dentro de la categoría de caza comercial o deportiva.
El coste de esta prohibición es de 320 millones de euros, según la Fundación Artemisán, que aglutina a organizaciones del mundo cinegético.
Pero al margen del coste económico que conlleva la prohibición y que saldrá del bolsillo de los ciudadanos, la caza es el único medio eficaz para el control de las poblaciones como el jabalí, la cabra o el muflón. Un excesivo crecimiento poblacional de estas especies, como está ocurriendo ahora mismo en muchos parques, genera muchos problemas, por ejemplo, en la proliferación de enfermedades como la sarna. También en la alimentación porque a mayor número de ejemplares menor posibilidades de alimento. Si no hay comida habrá ejemplares famélicos y enfermos.
Eso sin contar los efectos económicos que tiene la actividad cinegética y que sirve entre otras muchas cosas para mantener los parques nacionales.
Ahora que se habla tanto de la España vacía, la caza da trabajo a muchas familias y es un factor necesario para el desarrollo del mundo rural.
Otro elemento a tener en cuenta es el elevado número de accidentes de tráfico que provoca la fauna salvaje y que todos los años se cobra víctimas mortales.
Algunos partidos han pedido que se prorrogue la moratoria hasta que se encuentre una solución que satisfaga a todas las partes. La prohibición no es la solución.
Comentarios
Publicar un comentario