Una campaña marcada por las plagas

No sé si este año salvaré la cosecha de uva. La veo muy mal. Había muy buenas previsiones al inicio de la campaña. La uva se veía sana, con bastante cantidad de racimos. Pero de la noche a la mañana todo ha cambiado. El cabernet sauvignon y el cabernet franc están afectados por el oídio en un porcentaje muy elevado, como puede observarse en la fotografía que ilustra estas líneas.
Racimo de cabernet con oídio (Foto: PSG) Llevo realizados hasta el momento tres tratamientos fitosanitarios; uno en mayo, otro en junio y un tercero solo para la negrilla a base de azufre y karathane, un fungicida muy potente por contacto y no hemos conseguido detenerlo. Este próximo lunes empezaremos con el cuarto tratamiento con un producto específico para el oídio, pero soy bastante pesimista visto los resultados. En lugar de hacer banco sí, banco no; como hemos hecho en todos los tratamientos anteriores, ahora haremos todos los bancos para que el producto penetre por las dos caras y se empape bien. Lo más efectivo para parar el oídio es recurrir a medios naturales como es el viento de poniente con temperaturas muy elevadas. Cuando este fenómeno se produce suele pararlo. Estos días se esperan temperaturas muy elevadas, así que confiemos en la madre naturaleza porque la química suele fallar bastante. Me han hablado muy bien de un producto como es la tierra de diatomeas. Las diatomeas son algas fosilizadas que se utilizan en forma de tierra. Es un insecticida ecológico cuyos efectos se pueden ver de forma inmediata y no deja residuos tóxicos. Aún no lo he probado. Se da la circunstancia de que el cabernet sauvignon es el tercer año que lo tengo con oídio. El cabernet franc que el año pasado no resultó afectado por el hongo y dio unos rendimientos por hectárea muy buenos, también lo está este año. Y también el majuelo. La planta que tiene poco más de un año también está afectada de oídio. En este caso la parcela no está en el hondo de la finca, como sí lo está el cabernet sauvignon y por tanto más expuesto a las nieblas de la mañana, sino que está situado en la parte alta de la solana y no hay tanta humedad. La mayor parte del viñedo que hay plantado en la finca, concretamente el 60% del total es cabernet. El resto es syrah y garnacha tintorera. Afortunadamente en estas variedades no ha afectado el hongo, al menos, de momento. Son variedades más resistentes. Pero habrá que estar vigilantes. Por lo que he hablado con otros agricultores, el hongo del oídio está muy extendido este año en todas las zonas de Fontanars dels Alforins y La Font de la Figuera. El problema de este hongo es que se extiende como la pólvora. Los tratamientos curativos apenas tienen eficacia por lo que cuando entra el hongo es muy difícil pararlo.

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