A pie de campo
Estos días andamos labrando los almendros y quitando chupones. Si los eliminamos ahora facilitamos la labor de poda en invierno. La poda en verde es frecuente en la viña, pero no tanto en los almendros.
Muchos no la hacen para ahorrarse ese gasto, sin embargo, cuando llega el momento de la poda hay más sarmientos o ramas para podar, con lo cual lo que ahorramos por un lado, lo gastamos después en más horas de trabajo.
Este año se ha perdido toda la cosecha del almendro por las heladas de marzo y abril. El agua que cayó en marzo los pilló en plena floración y no hay ni una sola almendra en los árboles. No se ha visto una situación parecida en mucho tiempo.
He terminado el tratamiento de verano para el pulgón y la mancha ocre que son las plagas más comunes por aquí. En otras zonas se han visto casos de mosquito tigre o chinche, un plaga muy común en los cultivos de almendros que es bastante fácil de identificar y de combatir. No ocurre lo mismo con otras plagas, como la avispilla o la xylella fastidiosa, cuyo único tratamiento consiste en arrancar los árboles enfermos debido a su rápida propagación y contra la que no existe ningún tipo de tratamiento.
Esta semana en la que vamos a entrar señalan temperaturas muy altas en torno a los 34-36 grados. El calor es el tratamiento más eficaz contra las plagas porque debido a las altas temperaturas no se propagan, como sí ocurre durante los periodos lluviosos. El calor es un producto altamente eficaz, además de natural y económico.
La cosecha de la oliva se da casi por perdida, así que esta campaña los agricultores tenemos toda la esperanza puesta en la viña, que de momento está sana y se prevé una buena cosecha, tanto en calidad como en cantidad, tras un par de años bastante malos debido a las plagas que arruinaron muchas cosechas.
Nosotros tenemos pendiente un tratamiento con azufre en polvo que echaremos esta semana.
Más adelante haremos el último con fungicidas para el oídio y el mildiu.
De seguir el calor que está haciendo es muy probable que se adelante la cosecha. Vendría muy bien que lloviera unos cuantos litros para que engorde la baya, pero las tormentas ahora no suelen traer nada bueno. La última granizada de este pasado lunes que ha caído en Utiel-Requena ha arrasado cerca de 6.000 hectáreas y ha provocado daños por valor de 6,4 millones de euros, según las primeras estimaciones.
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