60

En unos pocos meses cumpliré 60 años. Será el próximo día 13 de enero. Hace apenas solo unos años que no llegaba a la mirilla de la puerta de mi casa y necesitaba ponerme de puntillas para mirar quien estaba al otro lado y hete aquí un sesentón ya. La vida se me ha pasado muy rápida y conforme he ido cumpliendo años, más deprisa se ha esfumado. ¡Cuántos recuerdos conservo de mi infancia y mi adolescencia! Viéndolo todo con la distancia que da el paso de los años, he sido un auténtico privilegiado. Que esto haya sido posible se lo debo a unos padres maravillosos que siempre me han apoyado en todo lo que he hecho, aunque estuviera equivocado. Sin duda, la muerte de mis padres ha sido el momento más doloroso que me ha tocado vivir. Estaba muy unido a ellos. Otro momento muy triste ha sido la pérdida de personas muy queridas para mí, como mis abuelos o mis tíos. Mi padre ha sido un referente para mí por muchas razones. Fundamentalmente por su espíritu de lucha, su enorme fuerza de voluntad y su valentía ante la vida en general. Era admirable en muchos aspectos. Chocábamos en algunas cosas, pero con el tiempo me he dado cuenta que tenía mucha razón, en cuestiones a las que yo entonces apenas prestaba atención. Cuando somos niños, nos creemos que lo sabemos todo. Por desgracia, ya no podemos echar marcha atrás. A mi padre le defraudé en el sentido de que nunca fui lo brillante que a él le hubiera gustado que yo fuera y esa espina la he llevado conmigo siempre. Mi madre ha sido la persona que más he querido en mi vida. Era una persona excepcional en todos los sentidos. Una persona buena en el sentido más amplio de la palabra. He tenido mucha suerte en la vida.
De mi infancia recuerdo momentos muy felices. Me he criado en un entorno familiar muy cómodo para cualquier niño. Mis padres siempre trataron de darme la mejor educación posible. Si no lo he aprovechado, ha sido solo culpa mía. A mis padres no tengo nada que reprocharles, más bien todo lo contrario, agradecerles todo lo que han hecho por mí, que ha sido mucho. Lo importante ante la vida es la actitud, no los años. Uno puede ser viejo, teniendo pocos años y a la inversa. Yo prefiero incluirme en el segundo grupo de personas. Aquellas que con años a sus espaldas, mantienen una actitud joven ante la vida. He tenido la inmensa suerte de dedicarme a lo que me gusta: el campo. Aquí disfruto de una inmensa libertad. Me gusta lo que hago y no tengo que rendir cuentas a nadie, salvo a mí mismo. No me puedo sentir más afortunado. Conservo muy buenos amigos, algunos de la etapa del colegio El Vedat y otros de la Universidad en el CEU San Pablo. Con los del colegio y después de los años que han pasado, aún nos vernos una vez al año en una cena que organizamos por Navidad. Un aliciente que me mantiene entretenido es la escritura. Estudié Periodismo, pero nunca pensé que me iba a dedicar a escribir columnas de opinión en la prensa, aunque es verdad que de muy joven mandé una carta al director, que me publicaron en el Levante y en Las Provincias, previa mediación de mi padre. Se titulaba: “Noción de libertad”. Ya en aquellos tiempos me interesaba la política. Recuerdo que el profesor leyó aquel artículo, don Santiago creo que era y me felicitó, incluso me puso una buena nota por ello. Y decía que nunca pensé en dedicarme a escribir porque nunca me ha apasionado la lectura. Un buen escritor debe ser antes un buen lector. Yo no lo soy. Sí me ha interesado desde muy joven, la música y el cine. Y esto último fue lo que me hizo matricularme en Periodismo. Cuando yo empecé no había Comunicación Audiovisual que es la especialidad de la rama de Ciencias de la Información que yo hubiera elegido. La carrera me ha dado un bagaje cultural muy bueno. Mi otra gran pasión es la caza y el tiro. Sigo cazando, aunque menos de lo que lo hacía antes. Empecé con 18 años, acompañando por tierras manchegas a mis buenos amigo Paco Sanchis y Ramón Ferrero. Desde hace muchos años anoto en una hoja cada una de las cacerías a las que voy, con las piezas abatidas y últimamente también escribo una pequeña reseña de mis aventuras cinegéticas. Quizá algún día las recopile todas y publique un pequeño libro de vivencias de caza. Escribir me mantiene distraído y mientras escribo no pienso en otras cosas. Es una buena manera de tener la cabeza ocupada. Los animales son mi otra gran pasión. Me hacen la vida mucho más fácil. En mi casa siempre ha habido perros, pero vivir en el campo te permite tener más perros al disponer de más espacio libre. Ahora mismo tengo cuatro. Sénia ha cumplido 16 años este mes de octubre. Son parte de mi familia. Una auténtica alegría. A lo largo de mi vida he cometido muchas equivocaciones. Muchos errores. Me he arrepentido de muchas de las cosas que he hecho. Quien diga lo contrario, miente. Me ha faltado valentía para afrontar muchas situaciones. He sido bastante cobarde en este sentido y no me duelen prendas reconocerlo. Mi modo de ser en la vida y de actuar, no siempre ha sido el más correcto ni el más acertado, sobre todo con las personas que más he querido.

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