Cierra Casa Rosa
Casa Rosa, el pequeño negocio familiar que regentan Rosa y Damián desde hace 26 años en Fontanars dels Alforins cierra finalmente sus puertas al no superar la crisis que venían arrastrando desde hace tiempo y que ya anticiparon desde las redes sociales.
La apertura de festivos por parte de las grandes cadenas de distribución fue acabando poco a poco con el pequeño comercio.
Durante un tiempo para favorecer a los negocios tradicionales se prohibió a las grandes superficies abrir los domingos y festivos. Esta legislación ya ha cambiado y ahora pueden abrir los siete días de la semana sin ninguna limitación.
Ni siquiera en los pueblos pequeños como Fontanars dels Alforins han conseguido sobrevivir. Con la desaparición de Casa Rosa, en Fontanars dels Alforins solo sobreviven otras dos tiendas tradicionales: una es Casa Vicenta, que funciona como carnicería y también ofrece comestibles. El otro negocio es un estanco que a la vez alberga un pequeño supermercado (Úbeda). Además, subsisten otra carnicería y dos hornos.
El producto en el comercio tradicional es más caro por una razón. No pueden competir en costes con las grandes cadenas que siempre están ofertando productos y, además, tienen una amplia franja de horario que les permite abrir domingos y festivos.
El negocio de Casa Rosa ha sido fundamentalmente de frutas y verduras autóctonas, pero en su tienda también podían encontrarse productos de limpieza y alimentación, una pequeña sección dedicada al embutido y al queso y otra muy surtida con vinos de la zona.
Productos frescos traídos a diario desde Valencia. Una materia prima de extraordinaria calidad como eran las berenjenas, los pimientos o los cardos. Y en frutas, la sandía o el melón.
Se han hecho campañas de sensibilización para apoyar al pequeño comercio, al comercio de proximidad, pero la gente prefiere hacer la compra en las grandes superficies porque les resulta más económico y más práctico.
Ahora que los productos de alimentación han subido en torno al 15% como consecuencia de la elevada inflación, el consumidor busca precio y ofertas.
Cada vez quedan menos comercios tradicionales. Seguramente, la gente no ha tomado la debida conciencia de lo importante y útiles que son, no solo porque muchas familias viven de estos negocios, sino también porque durante mucho tiempo fueron el motor económico de la España rural.
Rosa y Damián han estado al frente de este negocio durante 26 años, ofreciendo productos de calidad y una cordialidad y una simpatía a raudales que bien hubiera merecido tener otro final. Por la parte que me toca les deseo lo mejor.
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