El granizo se ceba con los municipios de la comarca
El granizo ha acabado con la cosecha de muchos agricultores en pueblos de la Vall d’Albaida, la Costera y la Canal de Navarrés con más de 2.000 hectáreas afectadas y varios millones de euros en pérdidas. También en otras zonas como: Jumilla, Yecla, Pozo Cañada, Requena- Utiel o Villar del Arzobispo, las tormentas han arreciado con mucha fuerza, dejando graves daños económicos a su paso. En algunas zonas se va a solicitar la declaración de zona catastrófica. Las asociaciones agrarias calculan que la superficie afectada ronda las 13.000 hectáreas y los daños provocados por el pedrisco ascienden a 40 millones de euros, aunque la Unió rebaja esta cifra hasta los 9 millones de euros.
El pedrisco ha cogido los cultivos en plena brotación, como es el caso del viñedo y de los cítricos.
Han sido varios días de tormentas que han arrasado con la producción de frutales y cultivos leñosos.
Una situación desesperada para miles de agricultores que ven cómo en cuestión de minutos se echa a perder el trabajo y el esfuerzo de todo un año.
Las imágenes que hemos podido ver en los medios de comunicación son devastadoras. Vides sin hojas, ramas arrancadas de cuajo, miles de kilos de fruta esparcidas en el suelo, calles cubiertas por un gran manto blanco de piedras como bolas de pingpong, retiradas de las calles por los quitanieves que parecen una estampa más propia del invierno que de la primavera.
Aspecto de un campo de cultivo de l'Olleria dañado por el pedrisco. Foto: Perales Iborra
Los cultivos se encuentran en su fase más delicada, como es la brotación. La cubierta vegetal y los racimos se han visto afectados. El granizo siempre deja secuelas. No solo es la producción de este año la que se va a ver afectada, también la de la campaña próxima. El granizo deja heridas en la madera que afecta a los rendimientos presentes y futuros. Requiere de un tratamiento inmediato para poder cicatrizar esas heridas, acompañado de algún fungicida. El problema es que en algunos campos debido a las lluvias torrenciales no se podrá todavía entrar para hacer los tratamientos y habrá que esperar hasta que se sequen y actuar con rapidez en este caso es muy importante.
El seguro agrario, quien lo haya contratado, es la única herramienta que tiene el agricultor para hacer frente a las adversidades climatológicas que cada vez son más frecuentes debido al cambio climático. Sin embargo, en España no hay cultura del seguro, como sí la hay en otros países. Se sigue considerando un gasto y una inversión. Menos del 10% del olivar andaluz está asegurado. Por otro lado, los seguros son caros y muchos agricultores desisten asegurar sus tierras para no entrar en más gastos.
El granizo, además, traerá paro porque muchas cooperativas dedicadas a la fruta de verano que empezaban con los trabajos de recolección dejarán de contratar personal.
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